Estoy para servirte - reseña crítica

Si gozas de la oportunidad de ayudar a alguien, sin importar quién, y de hacerlo todos los días, entonces eres un privilegiado. Ahora, ¿por qué no lo has practicado lo suficiente aún? Este libro te ayudará a servir a los demás. Explica de forma clara cómo puedes aceptarte a ti mismo y entender las necesidades de los demás para poder dar.

Capítulo 1: Servirme de ti vs. servirte

Carlos Agami transitó por un período de reflexión y posterior transformación luego de salir de la crisis emocional más importante de su vida.

En ese camino se dio cuenta de que existe una clara diferencia entre la auténtica intención de servir y la conveniencia de conseguir algo a cambio. Es decir, servir al otro o servirte de él.

Para aclarar las disimilitudes entre una y otra acción, procede a enunciar las características de servirse de alguien:

• Genera en el otro una necesidad que a ti te conviene.
• Utiliza tácticas para obtener lo que a ti te conviene, como una herramienta de manipulación.
• Utiliza los mismos procesos con todas las personas, sin adaptarse a las necesidades de cada una.
• Prioriza la transacción del momento por encima de la relación.
• Genera culpa y arrepentimiento en el servidor, e indefensión y vulnerabilidad en el servido.
• Hace que el servido decida lo que al servidor más le conviene.

En cambio, las características de servir son:

• Satisface una necesidad emocional del servido.
• Se basa en la empatía con el servido, y se sirve de estrategias para ayudarle a satisfacer lo que necesita.
• Se adapta a lo que el servido necesita, más allá de procesos repetitivos.
• Pretende forjar una relación de confianza.
• Beneficia tanto al servido como al servidor. Esto sucede porque el primero se siente comprendido y satisfecho en su necesidad, en tanto que el segundo queda con la conciencia tranquila y recibe una compensación por servir.
• Hace que el servido obtenga lo que en realidad necesita.

Servir produce un cambio en el estado de ánimo y un efecto en cadena en la gente alrededor. “Eres el promedio de las cinco personas que te rodean”, dice el empresario Jim Rohn en relación a esto.

A modo de aclaración, el autor también explica que servir demanda dejar de lado nuestras cosas para enfocarnos en buscar qué es lo que el otro necesita. En otras palabras, “servir es curar”.

Y no es algo que sucede esporádicamente, sino que aquellos que anhelan servir lo hacen todo el tiempo.

Esto se puede observar con el nivel de alerta de cada persona para prestarle atención al resto. Claro, sumado al nivel de energía cuando realiza el servicio y su nivel de consciencia actual, es decir, no funcionar en “piloto automático”.

El autor cita las necesidades emocionales de Anthony Robbins para explicar que cuando ayudamos de forma genuina a alguien, recibimos algún tipo de satisfacción:

• Certidumbre
• Incertidumbre
• Significancia
• Conexión
• Contribución
• Crecimiento

Capítulo 2: Servirme

El autor explica que a partir de aquí pasamos a la práctica, ya que si estamos en este punto es porque nuestros principios coinciden con la filosofía de servir al otro.

Una de las primeras cosas que menciona Agami es que para poder servir necesitamos ser conscientes de nosotros mismos. Esto incluye aceptar nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nuestras intenciones y nuestros problemas sin juzgarlos.

“Solo reconoce que existen, dales un significado y ordénalos en tu mente, para acceder a ellos cuando los necesites”, añade.

Si logras ser consciente de tu propia historia, lograrás ver tu vida desde una mirada diferente cuando te enfrentes con las de los demás por verte reflejado en ellos.

Haciendo autorreferencia, el autor comenta que se dio cuenta de esto en la época donde vendía un sistema de administración internacional para pymes. Lo hacía sin ganas y sin estar convencido, pero a menudo se encontraba con emprendedores enamorados de sus proyectos.

Esto le generaba dos sensaciones: una de resentimiento y envidia porque esas personas se habían dedicado a lo que amaban, y la otra de admiración.

Finalmente, esos intercambios le sirvieron como espejo. Se dio cuenta de que su pasión estaba en otro lugar y no ahí, y que sentiría frustración hasta no salir de allí y buscar lo que realmente quería. “Me ayudó a conocerme y a convertirme en un hombre feliz, apasionado y enamorado de lo que hace”, señala.

Por otra parte, la inspiración por servir trae como resultado retribuciones permanentes, al contrario de la motivación por la fama o el dinero, que es efímera.

Para Agami, “nada te quitará la satisfacción de saber que alegraste a una persona que lo necesitaba y que tu existencia tuvo un impacto positivo en ella”.

También habla sobre la misión a la hora de servir. La suya es ayudar a aquellos que se dedican a servir, es decir, a las personas que tienen el propósito de impactar en la vida de los demás de forma positiva.

“Siempre existe una causa más allá de cualquier ocupación de servicio”, acota. Por ejemplo, si vendes material para la construcción, tu misión podría ser ayudar a tus clientes a sentirse más seguros en sus hogares.

Y si no encuentras la causa, quizás sea una buena oportunidad para cambiar de profesión.

Capítulo 3: Entenderte

Si quieres ayudar a alguien, primero debes saber qué es lo que necesita la otra persona. Según Agami, comprender al otro sin juzgarlo es un “súper poder” que permite cambiar vidas.

Es más, quien logra entender qué necesita el otro y halla la manera de dárselo, nunca deberá preocuparse por su destino. Ni a nivel personal, ni a nivel profesional.

De todos modos, resulta importante destacar que en este proceso comprender a los demás significa comprenderse a uno mismo. Se corre ese riesgo.

Por eso muchas veces esquivamos la empatía, que nos compromete. “La realidad es que cada oportunidad para empatizar con otro ser humano es una ocasión para conocerte”, explica el autor.

Además, hay que ver al servido en blanco, desde cero. Sin prejuicios ni etiquetas a pesar de lo que haya sucedido anteriormente, buscándole algo que admirarle más allá de si estás de acuerdo con él o no. Cambia la forma en que lo ves y verás que también se transforma cómo él te ve a ti.

Con esa nueva evaluación de su persona, podrás idear tácticas para ayudarlo de manera precisa.

Recordando las seis necesidades emocionales propuestas por Robbins (certidumbre, incertidumbre, significancia, conexión, contribución y crecimiento), intenta descifrar cuál de ellas trata de sentir el otro contigo.

Cuando interactúas con él, puedes identificar su estado emocional en apenas cinco segundos si prestas atención a los siguientes detalles:

1. Contacto visual: si te mira a los ojos y cómo lo hace.
2. Expresión facial: si su cara es inexpresiva o está presente emocionalmente hablando.
3. Tono de voz: si su voz expresa tensión o calidez, confianza o interés.
4. Postura y gestos: si su cuerpo está relajado o tieso.
5. Contacto: si existe contacto físico y si es realmente apropiado para ese momento.
6. Presencia y atención: si está concentrado en lo que hablan o está disperso.

También puedes evaluar las palabras que utiliza tu interlocutor para determinar cómo se encuentra emocionalmente.

Una vez que haces esto, empatizar se torna mucho más fácil. Además, consigues un punto de partida para ayudarlo a sentir lo que busca: “La clave es sentir a tu servido, no solo observarlo y escucharlo”.

Capítulo 4: Servirte

Luego de trabajar en nosotros y comprender al prójimo, llega el momento de servirlo. Se trata de un paso final que se da de forma natural si cumplimos con los dos pasos anteriores. Aunque no siempre es sencillo.

Para el autor, el servicio real es el auténtico, el que se da sin esperar nada a cambio. Al hacerlo así, ten por seguro que serás recompensado.

Al no tener expectativas ni intereses de por medio, pondrás tus prioridades a un lado y servirás con plenitud y franqueza. En simultáneo, utilizarás todos tus dones, tus recursos y tus herramientas.

“Servir a otro puede tener muchos tipos de recompensas, que pueden llegar a ti de forma inmediata o en el futuro”, agrega Agami.

Las recompensas pueden ser variadas y no son exclusivas entre sí:

1. Una compra: según el autor es la más obvia, pero no por ello siempre es la más redituable.
2. Un sentimiento de gratitud: generar en el servido un impulso de agradecimiento.
3. Una recomendación: cuando el servido comparte su experiencia a otras personas y les aconseja de forma espontánea que se pongan en contacto contigo.
4. Reforzamiento de tu autopercepción y seguridad: servir a otro fortalece tu propia identidad.
5. Práctica de tu modelo de servicio: cada experiencia de atención a otra persona es un ejercicio de tus habilidades de identificación y satisfacción de sus necesidades.

Si bien estas retribuciones existen, el autor remarca que no hay que esperarlas. Si las aguardas, se nublará tu autenticidad.

Además, puede que aparezca estrés al no cumplir con el objetivo propuesto o insatisfacción si la recompensa no era la que esperabas.

Por otra parte, se debe dejar de lado el ego, pues este supone que podemos controlar las decisiones de la otra persona.

“Deja de juzgar a tu servido y a ti, solo mantente presente, de la forma en que tu servido lo necesita, ríndete ante la oportunidad de servir y deja que la experiencia fluya”.

Capítulo 5: La guía del servidor

Para cerrar su idea sobre servir, que debe ser practicada en cualquier aspecto y momento de la vida, Agami habla sobre los principios filosóficos básico de este concepto:

• Combatir la indiferencia: la indiferencia está presente en todos lados pero si realmente quieres servir a alguien, ese alguien te tiene que importar.
• Desarrollar el poder de la atención: todos buscamos atención y si no la tenemos, sufrimos problemas. Como tiene mucha importancia en la vida de los seres humanos, debemos darla de forma consciente.
• “Estoy a tus órdenes” es diferente a “Estoy para servirte”: la primera tiene una connotación de servilismo, casi de dominación o humillación. No hay que rebajarse, más bien al contrario, debemos estar seguros de nosotros mismos.

También explica cuál es el manifiesto del movimiento “Estoy para servirte”:

1. Existo para servir a otros: la misión es darle a otros lo que ellos necesitan.
2. Para servir a alguien más, primero debo servirme a mí: no podemos ser neutrales para ayudar a otros si antes no atendemos nuestras necesidades y conseguimos sentirnos en equilibrio.
3. Le doy al otro lo que él necesita y no lo que yo quiero darle: pues, de lo contrario, lo que hacemos es complacernos a nosotros mismos.
4. Sirviendo a los demás jamás tendré que preocuparme por mi futuro: si tenemos la capacidad de empatizar y de comprender qué busca el prójimo, no debemos inquietarnos por lo que suceda después.
5. Para servir, no juzgo: si juzgas, tu capacidad de empatizar se verá nublada.

Notas finales

Carlos Agami desarrolló este valioso libro gracias a sus experiencias personales y a una recopilación de sus conocimientos, con el objetivo de reencontrarnos con el poder de servir.

Para ello, muestra las notables diferencias entre servir y servirse del otro.

Luego pasa a la práctica, donde apunta a que nos conozcamos a nosotros mismos y seamos sinceros con lo que nos sucede. Solo así seremos capaces de ayudar al otro de forma genuina.

También debemos ser capaces de entender qué necesitan las demás personas para finalmente dar el paso: servir sin esperar recompensa a cambio.

Consejo de 12min

El concepto de servir ha calado hondo en el marketing, que ahora apela a entender a los clientes y darles algo que los satisfaga. Jürgen Klaric habla de ello en “Véndele a la mente, no a la gente”.