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Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: One Up On Wall Street
Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.
ISBN: 9788423417131
Editorial: Planeta
En este clásico de las finanzas, con más de un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo, el mítico inversor Peter Lynch describe su método para alcanzar el éxito financiero.
Este libro fue escrito para dar ánimos e información básica al inversor particular. Lynch ofrece consejos fáciles de inversión a partir de la revisión del estado financiero de una empresa y nos enseña a descubrir lo que realmente cuentan a la hora de tomar la decisión de invertir. ¿Estás listo para cambiar tu vida?
Hay tres formas de invertir en internet sin comulgar con extravagantes esperanzas de capitalización bursátil.
La primera estrategia es que hoy en día uno puede buscar empresas que no funcionen vía internet pero que se beneficien indirectamente del tráfico en internet (la paquetería es un ejemplo obvio); o uno puede invertir en fabricantes de conmutadores y otros artilugios que mantienen el tráfico en funcionamiento.
La segunda estrategia son los “experimentos sin riesgo”. Se trata de negocios relacionados con internet integrados en empresas no relacionadas con internet, es decir, con beneficios reales y un precio razonable por acción.
Si la operación de internet cumple con su promesa, la inversión podría resultar muy positiva (esa parte de la empresa podría “independizarse” y realizar su propia emisión de acciones). O bien, si el proyecto de internet no sale tan bien, el hecho de que sea un apéndice de la línea habitual de funcionamiento de la empresa protege a los inversores de posibles pérdidas.
La tercera consiste en buscar un beneficio tangencial, donde un negocio de “ladrillo y mortero” a la vieja usanza saca provecho del uso de internet para recortar costes, acelerar las operaciones, aumentar su eficiencia y por lo tanto su rentabilidad. Una generación atrás se instalaron escáneres en los supermercados.
Gracias a internet el coste de comprar y vender acciones se ha reducido drásticamente para el pequeño inversor, en la línea de la reducción que experimentaron los inversores institucionales en 1975. La negociación online ha obligado a las agencias de bolsa tradicionales a reducir sus comisiones y tarifas de transacción, dando continuidad a una tendencia que se inició hace dos décadas con el bróker de descuento.
Nunca inviertas en una empresa antes de hacer los deberes e investigar sus perspectivas de beneficios, su situación financiera, su posición frente a la competencia, sus planes de expansión, etcétera.
Antes de pensar siquiera en comprar acciones, es preciso que usted tome algunas decisiones básicas sobre el mercado, sobre su grado de confianza en las empresas del país, sobre su necesidad de invertir en acciones y sobre lo que espera obtener de ellas, sobre si es usted un inversor a corto o a largo plazo, y sobre cómo reaccionará ante caídas fuertes e inesperadas de los precios.
Es bueno que defina sus objetivos y clarifique sus actitudes (¿creo realmente que las acciones tienen más riesgo que los bonos?) antes de empezar, pues una persona indecisa y sin convicción es una víctima potencial del mercado, la clase de persona que abandona toda esperanza y buen sentido en el peor momento y vende a pérdida.
Lo que distingue al inversor de éxito del perdedor crónico es tanto la preparación personal como el conocimiento y el trabajo de investigación.
Usted puede encontrar estupendas oportunidades en el vecindario o en su lugar de trabajo, meses o incluso años antes de que la noticia llegue hasta los analistas y hasta los gestores de fondos a quienes aconsejan.
Pero tal vez usted no debería meterse nunca en bolsa, pues exige convicción y no tiene piedad con los que carecen de ella.
Invertir en bonos, en el mercado monetario o en certificados de depósito bancario son formas distintas de invertir en deuda, por la que se paga un determinado interés. No hay nada malo en recibir un interés, sobre todo si es compuesto.
Como muchos inversores contrariados han tenido ocasión de descubrir, muchos bonos corporativos o municipales son amortizables mucho antes, lo que significa que los deudores los recompran en el momento exacto en que les resulta más ventajoso hacerlo. Los bonistas no tienen más margen de maniobra que los propietarios de un inmueble ante una expropiación.
Desde una perspectiva histórica, es innegable que las acciones son una inversión más rentable que la deuda. A pesar de todos los crashes, depresiones, guerras, recesiones, de las diez presidencias y de los numerosos cambios de longitud de las faldas, las acciones en general han dado un rendimiento quince veces superior al de los bonos corporativos.
Con la posible excepción de los bonos a muy corto plazo y los fondos de inversión en bonos, los bonos también tienen su riesgo. En este caso, una subida de los tipos de interés le obligará a elegir entre dos opciones poco halagüeñas: soportar los bajos rendimientos hasta el vencimiento de los bonos, o venderlos con un descuento sustancial sobre el valor nominal.
Si usted tiene auténtica aversión al riesgo, lo mejor para usted es el mercado monetario o el banco. En cualquier otro sitio encontrará riesgo.
Antes de invertir hay que responder a tres preguntas personales:
No sobrevalore la competencia o la sabiduría de los profesionales. Aproveche lo que ya sabe. Busque oportunidades que no han sido aún descubiertas o certificadas por Wall Street. Ignore las fluctuaciones a corto plazo.
Es inútil tratar de predecir la evolución de la economía, pero es inútil tratar de predecir la dirección que tomará la bolsa a corto plazo. El rendimiento a largo plazo de las acciones es relativamente predecible y muy superior al rendimiento a largo plazo de los bonos.
Invierta en cosas que conozca. Lo que se debe buscar es una situación donde el valor de los activos por acción de una empresa supere su precio por acción.
Invertir sin investigar es como jugar al stud poker sin mirar en ningún momento las cartas. Si usted se está planteando comprar una acción pensando en un producto específico de la empresa, lo primero que debe tratar de saber es: ¿Qué impacto puede tener el éxito del producto sobre los resultados de la empresa?
El tamaño de una empresa tiene mucho que ver con lo que pueden dar de sí sus acciones. Salvo circunstancias especiales, las grandes empresas no registran grandes cambios en bolsa. En algunos mercados rinden bien, pero los grandes movimientos se dan con empresas más pequeñas.
No compre acciones de un gigante como Coca-Cola esperando cuadruplicar su dinero en dos años. Si compra Coca-Cola al precio adecuado, es posible que triplique su dinero en seis años, pero no le tocará el premio gordo en dos.
Una empresa tiene cinco formas básicas de incrementar sus beneficios: reducir los costes; subir los precios; expandirse hacia nuevos mercados; vender más productos en los mismos mercados; y revitalizar, cerrar o deshacerse de otro modo de una operación no rentable. Estos son los factores que usted deberá investigar.
Ten en cuenta cada uno de estos consejos sobre los diferentes tipos de empresas y sabrás dónde invertir.
Si usted no logra convencerse de que “cuando pierdo un 25 por ciento, compro” y desterrar para siempre la fatal idea de que “cuando pierdo un 25 por ciento, vendo”, nunca logrará unas ganancias decentes en la bolsa.
A lo largo del próximo mes, año o trienio, el mercado caerá bruscamente en algún momento. Las caídas del mercado son grandes oportunidades para comprar acciones de las empresas que a usted le gusten.
Obtener grandes resultados es una cuestión de años, no de meses. A menudo los precios de las acciones se mueven en sentido opuesto al de los fundamentales de las empresas, pero a largo plazo se impone el sentido y la sostenibilidad de los beneficios.
Las empresas estables con alta participación institucional y una gran cobertura por parte de Wall Street, con rendimientos superiores al mercado y precios excesivamente altos, se dirigen al estancamiento o a la devaluación.
Comprar una empresa con perspectivas mediocres sólo porque sus acciones están baratas es una estrategia perdedora. Vender una excelente empresa de alto crecimiento porque da la impresión de que sus acciones están algo sobrevaloradas es una estrategia perdedora.
Una cuidadosa poda y rotación de las inversiones en función de los fundamentales de las empresas puede mejorar sus resultados. Cuando las cotizaciones no se ajustan a la realidad y existen mejores alternativas, es mejor vender y pasar a otra cosa. Cuando le salgan buenas cartas aumente la apuesta, y viceversa.
Si no está seguro de poder ganar al mercado, compre fondos de inversión y ahórrese un montón de trabajo y dinero. Mantenga la mente abierta a nuevas ideas y anímese de una vez por todas a crecer económicamente.
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Nacido en 1944, dirigió el Fidelity Magellan Fund entre 1977 y 1990, que bajo su liderazgo fue uno de los fondos de inversión más exitosos de todos los tiempos. En la actualidad, Peter Lynch es vicepresidente de Fidelity Management & Research Company y un destacado filántropo especialmente a... (Lea mas)
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