Superpotencias de la inteligencia artificial - reseña crítica

Lee ofrece una mirada profunda y perspicaz sobre el futuro impulsado por la IA. Desde los avances tecnológicos más recientes hasta las consecuencias sociales y económicas de esta revolución. 

Descubre cómo la IA está transformando industrias enteras, desafiando nuestras nociones de trabajo y redefiniendo lo que significa ser humano. ¿Listo para explorar el futuro? ¡Vamos!

El impacto de la inteligencia artificial

Los avances teóricos en inteligencia artificial han dado lugar a aplicaciones prácticas que están al borde de transformar nuestras vidas. Ya impulsa muchos de nuestros sitios web favoritos, y en los próximos años, también estará al volante de nuestros coches, administrando nuestras finanzas y fabricando gran parte de lo que compramos, con posibles repercusiones en el mercado laboral.

Hasta hace poco, China estaba rezagada décadas detrás de Estados Unidos en este campo, pero en los últimos años, ha experimentado un rápido crecimiento en inteligencia artificial, convirtiéndose en una verdadera superpotencia en esta tecnología emergente y rivalizando con Estados Unidos.

El impacto de la competencia y cooperación entre estos dos países en el ámbito de la IA podría tener consecuencias significativas a nivel económico y geopolítico a escala mundial.

La creciente relevancia de la inteligencia artificial se refleja en diversos ámbitos: desde los artículos sobre las últimas innovaciones en los periódicos hasta las convenciones empresariales que exploran formas de maximizar los beneficios mediante el uso de IA. 

Incluso los gobiernos de todo el mundo están implementando planes nacionales para aprovechar esta tecnología. La IA se ha convertido de repente en un tema central en el discurso público, y con razón.

Este entusiasmo por la IA en China ha trascendido las comunidades tecnológicas y empresariales para influir en la formulación de políticas gubernamentales e incluso en la educación infantil en Pekín. 

El apoyo generalizado a la IA ha fortalecido la posición de China en este campo, permitiendo que sus empresas e investigadores compitan de manera efectiva con sus contrapartes estadounidenses.

El futuro de la IA plantea preguntas importantes sobre el impacto en el empleo, la distribución de beneficios y el papel de la humanidad en un mundo cada vez más dirigido por la inteligencia artificial. Es crucial que nos enfrentemos a estas incertidumbres y exploremos las respuestas tanto como sea posible.

La historia de la inteligencia artificial no se trata solo de máquinas, sino también de decisiones humanas y su impacto en nuestro destino colectivo. Seremos los arquitectos de nuestro futuro junto con la IA, y nuestras decisiones darán forma al mundo que crearemos.

Las 4 olas de la IA

La primera ola, la IA de internet, marcó el inicio de esta revolución al introducir sistemas capaces de analizar grandes cantidades de datos en línea para proporcionar servicios personalizados y optimizados. Esta fase sentó las bases para la expansión y la aplicación generalizada de la IA en diversas industrias y campos.

La segunda ola, la IA empresarial, llevó esta tecnología al ámbito corporativo, donde comenzó a ser utilizada para optimizar procesos, aumentar la eficiencia y mejorar la toma de decisiones. Empresas de todo el mundo adoptaron soluciones de IA para automatizar tareas rutinarias y mejorar la productividad.

La tercera ola, la IA de la percepción, representó un avance significativo en la capacidad de las máquinas para comprender y procesar el mundo que las rodea. Con el desarrollo de algoritmos de aprendizaje profundo, la IA demostró habilidades sorprendentes en el reconocimiento de imágenes, el procesamiento del lenguaje natural y la interpretación de datos complejos.

Finalmente, la cuarta ola, la IA autónoma, está en curso y promete llevar la inteligencia artificial a nuevas alturas de autonomía y autoaprendizaje. En esta etapa, las máquinas serán capaces de tomar decisiones complejas y realizar tareas sofisticadas sin intervención humana, lo que cambiará radicalmente la forma en que vivimos y trabajamos.

Las dos primeras olas, la IA de internet y la IA empresarial, ya están a nuestro alrededor, remodelando nuestro mundo digital y financiero en formas que apenas podemos registrar. Estrechan el control de las empresas de internet sobre nuestra atención, reemplazan a asistentes jurídicos con algoritmos, intercambian acciones y diagnostican enfermedades. La IA de la percepción está ya digitalizando nuestro mundo físico, aprendiendo a reconocer nuestros rostros, comprender nuestras peticiones y “ver” el mundo a nuestro alrededor. 

Esta ola promete revolucionar la forma en que experimentamos e interactuamos con nuestro mundo, desdibujando las líneas entre el mundo digital y físico. La IA autónoma será la última en llegar, pero será la que tenga mayor impacto sobre nuestras vidas. A medida que los coches autónomos salgan a la calle, los drones autónomos tomen los cielos y los robots inteligentes las fábricas, lo transformarán todo, desde la agricultura orgánica, la conducción en carretera y la comida rápida. 

Estas cuatro olas se alimentan de diferentes tipos de datos, y cada una de ellas presenta una oportunidad única para que Estados Unidos o China tomen la delantera.

El momento Sputnik de China

El aprendizaje automático, especialmente el aprendizaje profundo, ha experimentado altibajos a lo largo de décadas. Su éxito radica en el acceso a grandes cantidades de datos y potencia de cálculo. 

Esto ha permitido a las redes neuronales reconocer patrones y optimizar resultados en diversos campos, desde seguros hasta préstamos. Su capacidad para abordar problemas cotidianos ha generado gran interés en empresas como Google y Facebook.

La revolución del aprendizaje profundo en China no se materializó hasta el "momento Sputnik" en 2016, años después de su avance en Occidente. Estados Unidos lideraba la carrera gracias a su atracción de talento y financiamiento en Silicon Valley. Actualmente, la implementación práctica de estos algoritmos es clave para transformar la vida diaria.

La transición desde la era del descubrimiento hasta la implementación, así como el cambio de énfasis desde los conocimientos especializados hacia los datos como motor principal del progreso en inteligencia artificial, son elementos cruciales para comprender la evolución del campo y su impacto en diversas industrias. 

La proliferación de datos será la fuerza impulsora para la transformación de industrias en todo el mundo. La transición hacia la era de los datos ha democratizado el desarrollo de IA, donde la disponibilidad masiva de datos es fundamental. 

En este contexto, la calidad y cantidad de datos superan la exclusividad del talento en el avance de la tecnología. La proliferación de datos será la fuerza impulsora para la transformación de industrias en todo el mundo.

Aprovechar el poder de la IA hoy, la “electricidad” del siglo XXI, requiere de cuatro insumos análogos: datos abundantes, empresarios hambrientos, científicos de IA y un entorno político favorable a la IA. 

Al examinar las relativas fortalezas de China y de Estados Unidos en estas cuatro categorías, podemos predecir el emergente equilibrio de poder en el orden mundial de la IA.

Ahora, el universo digital alternativo de China crea y captura un montón de nuevos datos sobre el mundo real. Esa riqueza de información sobre los usuarios, su ubicación cada segundo del día, cómo viajan, qué alimentos les gustan, cuándo y dónde compran comida y cerveza, es valiosísima en la era de la implementación de la IA. 

Proporciona a estas empresas un pormenorizado tesoro de los hábitos diarios de estos usuarios, que puede combinarse con algoritmos de aprendizaje profundo para ofrecer servicios a medida que van desde la auditoría financiera hasta la planificación urbanística. 

También supera ampliamente lo que las compañías líderes de Silicon Valley pueden descifrar a partir de tus búsquedas, “likes” u ocasionales compras online. Este incomparable tesoro de datos del mundo real dará a las empresas chinas una importante ventaja en el desarrollo de servicios basados en la inteligencia artificial.

Estos recientes y poderosos acontecimientos inclinan como es lógico el equilibrio de poder a favor de China. Pero además de este reequilibrio natural, también el gobierno chino está haciendo todo lo posible para inclinar la balanza.

El plan de gran envergadura del gobierno de China para convertir al país en una superpotencia de la IA garantiza un amplio apoyo y financiación para la investigación, pero sobre todo sirvió de faro para que las administraciones locales de todo el país siguieran su ejemplo.

Estados Unidos ante el cambio

La llegada del nuevo orden mundial de la IA presenta un escenario particularmente desafiante para Estados Unidos, que ha sido líder indiscutible en el ámbito tecnológico durante décadas.

Desde hace tiempo, las empresas tecnológicas estadounidenses han impuesto sus productos y valores a nivel global, lo que ha llevado a una suerte de "colonización tecnológica". 

Sin embargo, China no pretende seguir este mismo camino, aunque los cambios inducidos por la IA en la política y la economía mundial generarán una transformación en la experiencia de la globalización digital para todos los países.

A pesar de la relevancia de la competencia entre las dos superpotencias mundiales, los desafíos como la pérdida de empleo y la creciente desigualdad, tanto a nivel nacional como internacional, eclipsan este enfrentamiento. La automatización impulsada por la IA amenaza con eliminar millones de empleos en diversos sectores en los próximos años, exacerbando aún más las disparidades socioeconómicas.

La IA también promueve una economía en la que los ganadores se llevan todo, dado que el aprendizaje profundo favorece a las empresas con acceso a grandes cantidades de datos, atrayendo a los mejores talentos y ampliando la brecha entre líderes de la industria y rezagados.

Mientras los bienes y servicios digitales ganan terreno, los avances en la automatización del transporte prometen reducir significativamente los costos de envío. Sin embargo, en lugar de distribuir equitativamente los beneficios, se espera una concentración cada vez mayor de riqueza en manos de unos pocos, mientras que el desempleo continuará aumentando.

China se transformó en un universo alternativo de internet, un espacio con sus propias materias primas, sistemas planetarios y leyes de la física. Es un lugar donde muchos usuarios acceden a internet a través de smartphones baratos, donde los teléfonos inteligentes desempeñaban el papel de las tarjetas de crédito, y donde las ciudades con alta densidad de población suponían un rico laboratorio en el que mezclar el mundo físico y el digital.

A diferencia de Silicon Valley, que a menudo se enorgullece de su originalidad, los empresarios chinos están dispuestos a competir ferozmente en el mercado global de la IA, lo que agrega una nueva dimensión a esta dinámica evolutiva.

La carrera por la dominación en la IA

En Silicon Valley, la historia de la IA está marcada por décadas de investigación pionera y desarrollo tecnológico. Desde los primeros días en los laboratorios de investigación hasta el surgimiento de empresas emblemáticas como Google, Apple y Facebook. Silicon Valley ha sido un bastión de innovación y creatividad en el campo de la IA.

Por otro lado, la historia en China es más reciente pero no menos impresionante. Aunque comenzó con un rezago tecnológico significativo, el país ha realizado avances extraordinarios en los últimos años.

El gobierno chino ha respaldado activamente la investigación y el desarrollo de la IA como parte de su estrategia de modernización y crecimiento económico, lo que ha llevado a un rápido crecimiento en el sector tecnológico.

Estas dos potencias han seguido caminos divergentes en su búsqueda de la dominación en la IA. Mientras Silicon Valley se destaca por su enfoque en la investigación y la innovación abierta, China ha adoptado una estrategia más pragmática, enfocada en la aplicación rápida y masiva de la IA en diversos sectores de la economía.

El enfoque verticalista a la modernización de la economía de China, y el afán de los funcionarios de bajo nivel por adoptar cada nuevo mandato del gobierno central, también puede conducir al despilfarro y al endeudamiento si no se eligen bien los objetivos. 

Pero en este caso en particular, la construcción de una sociedad y una economía preparadas para aprovechar el potencial de la IA, el enfoque tecno utilitario de China le confiere cierta ventaja. 

Su aceptación del riesgo permite al gobierno apostar a lo grande por las tecnologías innovadoras y transformadoras, y su enfoque de la política fomentará una adopción más rápida de estas tecnologías.

Desafíos globales

La desigualdad trasciende las fronteras nacionales. China y Estados Unidos han avanzado significativamente en inteligencia artificial, estableciendo un nuevo orden mundial bipolar. Aunque países como el Reino Unido, Francia y Canadá cuentan con destacados laboratorios de investigación en IA y talento, carecen del ecosistema de capital riesgo y la amplia base de usuarios necesarios para generar datos clave en esta era de implementación.

Conforme las empresas de IA en Estados Unidos y China acumulan más datos y talento, el ciclo de mejoras basadas en datos amplía su liderazgo, alcanzando un punto que parece insuperable. En la actualidad, estas potencias incuban a los gigantes de la IA que dominarán el mercado global y se beneficiarán de consumidores en todo el mundo.

Paralelamente, la automatización impulsada por la IA en las fábricas socava la ventaja económica histórica de los países en desarrollo: la mano de obra barata. 

Es probable que las fábricas operadas por robots se trasladen para acercarse a sus clientes en los grandes mercados, dificultando el ascenso económico de países en desarrollo como China y los "tigres asiáticos" en su camino hacia economías de altos ingresos basadas en la tecnología.

La brecha entre los que tienen y los que no, se ampliará sin un claro camino para cerrarla. El orden mundial de la IA combinará una economía de "el ganador se lo lleva todo" con una concentración sin precedentes de riqueza en manos de unas pocas empresas chinas y estadounidenses.

Esta es la verdadera amenaza subyacente que presenta la inteligencia artificial: un profundo desorden social y un posible colapso político derivado del desempleo generalizado y la enorme desigualdad.

Notas finales

Para garantizar una coexistencia armoniosa entre el hombre y la IA, hay que en primer lugar, educar y capacitar para preparar a las personas para el cambio tecnológico y equiparlas con las habilidades necesarias para prosperar en un mundo impulsado por la IA. 

Esto implica no solo proporcionar habilidades técnicas relevantes, sino también fomentar habilidades como la creatividad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, que serán indispensables en un entorno impulsado por la IA.

Además, hay que crear políticas y regulaciones sólidas que protejan los derechos individuales y promuevan la equidad y la justicia en el uso de la IA. Esto podría incluir medidas para proteger la privacidad de los datos, prevenir la discriminación algorítmica y garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en el desarrollo y la implementación de sistemas de IA.

Reconociendo que la IA es un desafío global, la importancia de la colaboración internacional en su desarrollo y gobernanza es clave. Hay que establecer estándares comunes, compartir mejores prácticas y abordar los desafíos éticos y sociales de manera colectiva.

Finalmente, el diálogo continuo entre tecnólogos, políticos, académicos y la sociedad en general es fundamental para garantizar que las decisiones sobre el futuro de la IA se tomen de manera transparente y democrática. Esto podría implicar la celebración de debates públicos, la consulta con expertos y la participación activa de la sociedad civil en el proceso de toma de decisiones.

En conjunto, estos puntos forman un plan integral para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta la inteligencia artificial. Es un llamado a la acción para que trabajemos juntos en la construcción de un futuro en el que la IA beneficie a toda la humanidad de manera justa y equitativa.

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