Las grandes innovaciones que cambiarán tu vida - Reseña crítica - Marta García Aller
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Las grandes innovaciones que cambiarán tu vida - reseña crítica

Las grandes innovaciones que cambiarán tu vida Reseña crítica Comienza tu prueba gratuita
Tecnología y innovación

Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: 

Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.

ISBN: 9786070747144

Editorial: Planeta México

Reseña crítica

Cultural, tecnológica y económicamente, la sociedad ha vivido cambios a lo largo de la historia. Nosotros no somos ajenos a esta cuestión. Por ello, Marta García Aller realizó un detallado análisis de cómo se modificarán los trabajos, el dinero y la privacidad, entre otros, durante los próximos años. ¿Qué nos depara el siglo XXI? ¡Descúbrelo!

Primera parte: cosas que se acaban

El fin del trabajo

“La robotización afectará en España a cerca de la mitad de los trabajadores en la próxima década”.

El libro de Marta García Aller comienza con una afirmación tan poco agradable como cierta. Las máquinas serán parte de nuestra vida y no está claro cuáles serán los lugares que quedarán para los seres humanos. Tampoco cómo podrán mantenerse los desplazados por los robots.

Y si fuera algo que generase un impacto positivo, no se conoce qué haríamos con tanto tiempo libre.

De todos modos, hay que tener en cuenta que la historia de la humanidad es así: la tecnología nos va cambiando y nos vamos adaptando.

Teniendo en cuenta esto, la autora sostiene que no tiene sentido preguntarle a los niños qué van a ser cuando sean grandes. “Las profesiones a las que aspirarán aún no existen”, explica.

Aunque hay esperanza: tres áreas de trabajo seguirán siendo humanas, según aseguran diversos especialistas. Se trata de aquellas relacionadas con la percepción y la manipulación en entornos desordenados, las que requieran inteligencia creativa y la inteligencia emocional.

También se valorarán la empatía y el aprendizaje continuo.

El fin de las cosas

Antes las cosas duraban. En la sociedad de consumo en la que vivimos, eso es imposible.

Los cambios son tan constantes que ya no nos encariñamos con las cosas sino con el uso que les damos. Por ejemplo, con los teléfonos celulares valoramos la información que contiene pero no el aparato en sí, porque sabemos que en dos años tendremos que cambiarlo.

“El apego se lo tenemos a su funcionalidad, no a la materia”, comenta García Aller.

Al mismo tiempo, ganan terreno los datos y los servicios que se brindan en relación a ellos. Compramos servicios en lugar de cosas.

Esto hace que debamos estar actualizándonos cada cierto tiempo. Para la autora, seremos “novatos para siempre” por este motivo.

Además, se nota una gran caída en el consumo global de materiales. Esto está relacionado con la digitalización: no hace falta comprar CDs porque tenemos Spotify, ni alquilar películas porque tenemos Netflix.

El fin del dinero

Suecia será el primer país del mundo en eliminar por completo el uso del dinero físico para 2030. Ya hay una gran cantidad de tiendas que no aceptan efectivo, y solo reciben pagos con tarjeta de crédito o a través del celular.

Aquí entra en juego una batalla entre los bancos y las empresas tecnológicas para generar un sistema que satisfaga tanto a clientes como a comercios para los pequeños pagos.

García Aller menciona como ejemplo a Bizum, una aplicación que lanzaron los bancos españoles para convencer a sus consumidores.

Con esto llegará el fin de otro aparato: los cajeros automáticos.

El país nórdico vuelve a ser modelo en este sentido. Las entidades de esa nación ya no tienen cajeros ni dan dinero en efectivo.

La razón es sencilla. Con las tarjetas obtienen ingresos en formas de comisiones. En cambio, con el efectivo no se ven estas ganancias.

El fin de los volantes

Tal como contó García Aller, las máquinas irán ocupando lugares que eran del ser humano.

Los automóviles serán otro de estos casos. Si la conducción automática continúa avanzando a pasos agigantados como en el último tiempo y los autos logran comunicarse entre sí, los semáforos ya no serán necesarios para ordenar el tránsito.

Como no habrá conductores, tampoco serán de utilidad los controles de alcoholemia, las multas o las autoescuelas.

McKinsey, una consultora estratégica global, asegura que para 2030 el 15% del total de los vehículos del mundo serán completamente autónomos.

Todas las grandes empresas ya volcaron buena parte de sus recursos a desarrollar este tipo de automóviles. Desde las pioneras como Tesla o Google, hasta las tradicionales como Ford, BMW o Nissan, entre otras.

La autora sostiene que esto también afectará a la organización de la sociedad.

“Las calles no van a ser como ahora sin conductores. Y las rutinas, cuando seamos despreocupados pasajeros que pueden aprovechar el tiempo del transporte para cualquier cosa, tampoco”, señala.

El fin de las tiendas

En Seattle, Amazon innovó con un supermercado del futuro. Cualquier persona puede guardar lo que desee en su bolsa e irse del lugar sin hacer colas ni pagar en una caja.

Funciona gracias al big data. Una aplicación detecta qué productos se llevó el cliente y lo carga de forma automática en el celular.

Eliminó por completo la interacción humana. Si a esto le sumamos la marcada tendencia a comprar cosas online, el experimento tiene futuro.

Más allá de esto, García Aller sostiene que las tiendas físicas seguirán siendo importantes en el mediano plazo.

Pero hay que tener en cuenta que las tiendas que sobrevivan serán las que entiendan que su objetivo ya no es vender, sino generar experiencias. Basta con el ejemplo de Steve Jobs con las tiendas Apple.

“No asemejarse ni remotamente a una tienda de tecnología fue la clave. Ni siquiera parecía una tienda. Su estilo estaba más cerca de una galería de arte minimalista, solo que en vez de esculturas vendía productos electrónicos”, analiza la autora.

El fin del petróleo

Desde que Henry Ford inventó el primer automóvil accesible para la clase media, el petróleo mueve el mundo.

Si bien parece increíble una sociedad sin petróleo, García Aller sostiene que “el último barril que se queme en el planeta no costará millones, valdrá cero”. Y esto no sucederá porque se extinguirá, sino porque la gente ya no lo querrá.

La autora intenta bajar los alarmismos mencionando dos casos concretos. El ser humano primero dependía del caballo y luego del carbón. Si ya podemos vivir sin ellos como motores, ¿por qué no hacerlo sin el petróleo?

En los últimos años se ha potenciado la inversión en energías renovables a nivel global. Especialistas estiman que para 2040 se podría cubrir una cuarta parte del suministro mundial solo con energía solar.

Segunda parte: ideas que se acaban

El fin de la conversación

“Por los celulares se escribe y se lee mucho más de lo que se habla”, explica García Aller. “Basta con levantar la vista (de la pantalla) y echar un vistazo alrededor en cualquier cafetería o vagón de metro”.

WhatsApp y otras redes sociales han cambiado la manera en que nos comunicamos de forma rápida. En consecuencia, se transforman las relaciones humanas.

Para la psicóloga Sheryl Turkle, nos estamos olvidando de conversar con los que tenemos cerca por escribirnos en diferido durante mucho tiempo.

La autora agrega que la ubicuidad de los smartphones es su principal particularidad.

“Raramente permite desconectar ni dejar de estar ilocalizable, y en las escasas ocasiones en las que alguien consigue apagarlo unas horas, la sensación que le acompaña inevitablemente es la de estarse perdiendo algo”.

A esto hay que añadirle la falta de atención prolongada que han adquirido los jóvenes, sobre todo, y la pérdida de capacidad para desarrollar argumentos profundos. También se lee menos, lo que agudiza estas problemáticas.

El fin del reloj biológico

Tener óvulos congelados por si en un futuro se quiere ser madre es cada vez más común entre las mujeres.

“En el futuro se verá con total naturalidad que la mujer planifique su maternidad independientemente de su reloj biológico”, asegura una ginecóloga de la Unidad de Reproducción del Hospital Moncloa.

García Aller sostiene que la tecnología para la fertilidad está cambiando el enfoque de manera radical.

En vez de atender especialmente a las mujeres en sus últimos años de fertilidad, apuntan a las que tienen entre 20 y 30 años. No para que tengan hijos ahora, sino porque a esa edad el tratamiento tiene mayores posibilidades de éxito. Si desean ser madres a los 35 o los 40, eso ya no será un problema.

El fin de la privacidad

“Facebook sabe tu orientación sexual, a quién votas, si te dejas influir más por la familia o por los amigos, si te gusta la naturaleza o prefieres quedarte en casa los fines de semana, cuánto ganas, dónde sueñas con irte de vacaciones y a quién tienes en tu agenda de contactos… Sabe quién eres y gana mucho dinero con ello”, señala la experta Regina Flores Mir.

Las aplicaciones que tenemos en los smartphones no hacen más que recolectar la información que les damos. Y así, con el big data, elaboran un perfil pormenorizado acerca de nosotros.

A los datos que dejan los usuarios ya se los conoce como el “oro azul”. Y este se encuentra disperso en muchas minas digitales.

Ya son demasiadas las empresas que explotan este recurso, en varias ocasiones sin que seamos conscientes de lo rentable de su rastro. Tampoco de cuánta información personal brindamos ni con qué fin.

El fin de la globalización

“En un entorno de cambio constante es ingenuo pensar que las instituciones y las actuales estructuras de poder están a salvo de las transformaciones venideras”, declara García Aller.

Así que nada queda intacto.

La globalización ha cambiado el mapa geopolítico, en especial en los últimos años. Con la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París por decisión de Donald Trump, China quedó como máximo exponente del mercado global y de las políticas contra el cambio climático.

Los críticos de la globalización en los años ‘90 se quejaban porque las potencias se aprovecharían de las naciones más débiles.

Pero no fueron las poblaciones de los países emergentes las perjudicadas, sino las clases medias de los países occidentales.

Los cierres de las fábricas en ciudades como Detroit, Róterdam y Marsella a causa de la deslocalización afectaron a la clase trabajadora de las potencias.

En cambio, en lugares como India, Singapur o Filipinas, se ha notado un crecimiento enorme en los últimos años.

El fin de los idiomas

Como las máquinas ya están incluidas en la vida cotidiana de muchas personas, en el futuro nuestra relación con ellas no dependerá del texto ni de las pantallas. Lo hará del habla.

Ejemplos de esto son Alexa de Amazon y Google Home, a las que les puedes pedir cómo organizar la agenda mientras desayunas.

“Vamos a ver cambios importantes en los hogares conectados. Y la voz va a jugar un papel fundamental. Pronto será el método primario para comunicarnos con la tecnología”, señala Pilar Manchón.

Para García Aller también dejarán de existir los trabajos relacionados con la traducción. Hoy en día ya padecen la competencia de los sistemas automáticos, que son capaces de traducir textos largos en segundos con cada vez mayor nivel de fiabilidad.

Notas finales

Los cambios son normales. Y con ellos, hay cosas que desaparecen. Ha sucedido a lo largo de toda la historia de la humanidad, siempre marcada por los avances tecnológicos.

En “Las grandes innovaciones que cambiarán tu vida”, Marta García Aller explica cómo se transformarán muchos aspectos cruciales de nuestras sociedades en el futuro cercano.

Por las innovaciones tecnológicas se transformarán de manera rotunda muchos aspectos que tenemos incorporados. Aquí se destacan el trabajo, los objetos materiales, el dinero y conducir automóviles, entre otros.

Pero el concepto del título no solo queda en cosas, sino que también menciona ideas.

Los smartphones están cambiando la forma en que nos comunicamos, el concepto de globalización se ha alterado y la privacidad parece estar en manos de compañías que manejan big data.

¿Cuál será la próxima innovación?

Consejo de 12min

Otro autor que se tomó el trabajo de analizar cómo será nuestro porvenir, fue Santiago Bilinkis. En “Pasaje al futuro” explora cómo nos afectarán los cambios científicos y tecnológicos durante los próximos años.

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¿Quién escribió el libro?

Nacida en España, esta periodista y profesora se ha destacado como escritora en los últimos años, publicando cuatro títulos con gran éxito. Además, imparte clases en la Escuela de Ciencias H... (Lea mas)

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