El líder que no tenía cargo - Reseña crítica - Robin S. Sharma
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El líder que no tenía cargo - reseña crítica

El líder que no tenía cargo Reseña crítica Comienza tu prueba gratuita
Gestión de personas y liderazgo

Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: Leader Who Had No Title: A Modern Fable on Real Success in Business and in Life

Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.

ISBN: 9789588618258

Editorial: DEBOLSILLO

Reseña crítica

La fábula que nos presenta Robin Sharma demuestra que para ser un líder no hace falta tener un cargo jerárquico que nos denomine como tal. El autor comparte los principios y consejos que le permitieron alcanzar el éxito de la forma más amena y entretenida.

El éxito y el liderazgo te pertenecen

“Todos nacimos siendo genios. Por desgracia, la mayoría de nosotros muere en la mediocridad”.

El protagonista de esta historia se llama Blake. Cuando sus padres fallecieron, quedó a la deriva y todos los días sentía que su vida no tenía sentido. Para volver al ruedo, decidió enlistarse en el ejército, donde fue enviado a Irak. A su regreso a Estados Unidos, no era el mismo. Ahora no solo seguía perdido, sino que tenía constantes recuerdos de su horrible experiencia.

Levantarse cada día le tomaba horas. Necesitaba reunir toda la energía posible para empezar el día. Se sentía asustado sin razón y apenas podía relacionarse con otras personas.

Blake tomó un trabajo en una librería, un lugar donde se sentía seguro. Un inesperado día, un sujeto extravagante le mostró una serie de secretos que le permitieron alcanzar el éxito empresarial y una vida satisfactoria.

Mi encuentro con un mentor de liderazgo

Mientras Blake trabajaba en la sección “Empresas” de la librería, alguien tocó su hombro. Era un hombre con un aspecto estrambótico, ropa llena de agujeros, chaleco de cuadros, camisa remangada, un pañuelo de Mickey Mouse y una chapa con las iniciales “LSC”.

Aquel hombre lo saludó por su nombre. Resultó ser un empleado recién trasladado a la tienda, y un antiguo amigo del padre de Blake. Su nombre era Tommy. Le explicó a Blake que le había prometido a su padre ayudarlo como pudiera. Y lo haría revelándole una filosofía que era capaz de hacer exitoso a cualquiera.

“No te preocupes, Blake. A veces necesitamos desviarnos para poder orientarnos. Todo lo que has pasado, desde la pérdida de tus seres queridos hasta tu destino en Irak, ha sido una preparación” fue una de las primeras cosas que le dijo.

Tommy le prometió mostrarle algo que le permitiría llegar a la cima de su carrera, ser ovacionado como una estrella de rock y tener una vida plena.

“LSC” eran las iniciales de la filosofía que había despertado un poder natural en el misterioso hombre.

“Para alcanzar el éxito, cada uno debe considerarse a sí mismo parte del equipo líder. Para liderar, ya no hace falta una autoridad oficial, solo el deseo de implicarse y el compromiso de dejar una huella positiva”.

Es necesario ejercer el liderazgo, apuntar a la innovación, inspirar a los compañeros. Un liderazgo abierto al cambio, donde uno sea positivo y se entregue sin reservas a dar lo mejor de sí.

Tommy le prometió a Blake llevarlo con cuatro maestros de su filosofía. Cada uno le otorgaría un acrónimo que lo ayudaría en su camino a convertirse en un líder. Pero antes tendría que prometer que lo que aprendiese se lo enseñaría a más personas. Blake aceptó y prometió escribir un libro.

Tommy le dio su primer acrónimo: “TRE”. Que representaba que, para ser un líder, debía realizar un “Trabajo Realmente Excepcional”.

El triste precio de la mediocridad

Tommy le dijo a Blake que bastaría con invertir un solo día de su vida para aprender la filosofía. Lo citó a las cinco de la mañana en el cementerio Rosemead de Nueva York.

Cuando el muchacho llegó al sitio de encuentro, vio que Tommy se encontraba inmóvil al lado de dos hoyos abiertos a su lado. ¿Y si aquel hombre estaba loco y lo había citado para convertirlo en una de sus víctimas? No obstante, sintió que ya no podía echarse atrás.

“LSC significa Liderar Sin Cargo”, le dijo Tommy. “Los líderes son aquellos individuos que hacen lo que los fracasados no están dispuestos a hacer. Tienen la disciplina necesaria para realizar lo que saben que es importante y correcto, en lugar de lo que es fácil y divertido”.

A Tommy le fascinaban las tumbas, eran un recordatorio implacable de lo corta que es la vida. Cuando se reflexiona sobre la muerte, se revela mayor certeza en la vida.

Aquel hombre invitó a Blake a ver dentro de uno de los hoyos. El muchacho lo hizo y se percató de una tablilla con la siguiente inscripción: “Los 10 arrepentimientos humanos”. 

  1. Llegar a tu último día cuando la magnífica canción que tu vida tenía que cantar sigue en silencio en tu interior.
  2. Llegar a tu último día sin experimentar el poder natural que posees para crear una gran obra y alcanzar grandes logros.
  3. Llegar a tu último día dándote cuenta de que jamás has inspirado a nadie con tu ejemplo.
  4. Llegar a tu último día lleno de dolor al darte cuenta de que jamás asumiste grandes riesgos y por lo tanto no obtuviste grandes recompensas.
  5. Llegar a tu último día sabiendo que perdiste la oportunidad de ver la excelencia porque te resignaste a la mediocridad.
  6. Llegar a tu último día lamentando no haber aprendido a transformar la adversidad en victoria.
  7. Llegar a tu último día lamentando haber olvidado que el trabajo consiste en ayudar a otros, no solo a ti.
  8. Llegar al último día viviendo como la sociedad te enseñó y no como tú quisiste.
  9. Llegar a tu último día y darte cuenta de que no liberaste todo el potencial que tenías.
  10. Llegar al último día y descubrir que podías haber sido un líder y transformado el mundo, pero te negaste porque te dio miedo.

En la otra tumba había otra tablilla, esta vez de oro, con las cosas buenas que ocurren con la vida si decides ser un líder sin cargo. Te sientes feliz, completo y satisfecho con la vida que has llevado.

No hace falta tener cargo para ser líder

Era momento de conocer a los cuatro maestros de la filosofía LSC.

La primera fue Anna, una argentina de 50 años que había emigrado y que ahora trabajaba como empleada de limpieza en uno de los hoteles más importantes de Nueva York.

Era una mujer que irradiaba juventud y atractivo. Le dijo a Blake que ella podría tener un millón de razones para desanimarse, para no estar satisfecha, porque no era más que una empleada de limpieza. Pero una de las libertades más grandes que cada quien tenía era la de ver su papel en el mundo como quisiera.

Lo que piense la sociedad sobre ti no importa, lo que importa es lo que piensa una persona de sí misma, que tú conozcas el valor de tu trabajo y que te plantees nuevos retos. Con la filosofía LSC, Anna adquirió una nueva perspectiva: lo que buscamos está donde estamos.

El liderazgo consiste en mantener una fe inquebrantable en tu punto de vista y una confianza inamovible en tu poder para provocar cambios positivos.

Anna le entregó a Blake una servilleta que tenía escrito lo siguiente:

  • Poder natural uno: todos tenemos el poder de ir cada día al trabajo y dar lo mejor de nosotros mismos. No se necesita un cargo para eso.
  • Poder natural dos: tenemos el poder de inspirar, influir y ensalzar a todas las personas con las que nos encontraremos mediante el don del buen ejemplo. Para eso no hace falta un cargo.
  • Poder natural tres: podemos crear cambios positivos ante condiciones negativas. Y para eso no hace falta tener un cargo.
  • Poder natural cuatro: los que conocemos la verdad sobre el liderazgo podemos tratar con respeto, aprecio y bondad a todos los implicados en una organización, y al hacerlo, elevar la cultura de la organización a lo mejor de lo mejor. Para eso no hace falta un cargo.

El acrónimo de Anna era: IMAGE, o “Imagen” en inglés. La sigla significaba:

  • Innovación;
  • Maestría;
  • Autenticidad;
  • Gran valor;
  • y Ética.

Todas cosas que un líder debía poner en práctica.

Las épocas turbulentas crean grandes líderes

El segundo maestro se encontraba en una tienda deportiva de invierno. Su nombre era Ty, y era un antiguo esquiador profesional que le ofreció a Blake herramientas para transformar su manera de trabajar y vivir.

La primera de ellas fue encontrar la manera de divertirse en todo lo que hiciera. Es ideal entretener a los clientes, motivarlos. Salir a trabajar es como salir a un escenario para hacer una presentación que deslumbre al público.

La segunda herramienta era sobre enfrentar los cambios. Cuando se avecina un cambio, lo mejor no es aminorar la marcha, sino acelerar el máximo posible. Si alguien se esconde debajo de la mesa cuando viene la avalancha del cambio, terminará atrapado.

Para bajar por las pendientes más difíciles, hay que hacer justo lo que parece que se debe evitar: inclinarse a la pendiente.

Cuando estés al filo de la navaja y las condiciones luzcan terribles, sin salida, es ahí, si lo enfrentas, cuando más crecimiento tendrás. El miedo te llevará a tu límite, y lo expandirá.

Cualquiera puede ser fuerte cuando todo va bien, lo realmente distintivo es salir adelante en los momentos de apremio. Adaptarse al cambio tan rápido como este llega conduce a la victoria.

Las épocas turbulentas crean grandes líderes. Las condiciones adversas revelan a la persona. Si quieres crecer de verdad, debes dirigirte hacia ese lugar o realizar esas actividades que te producen temor.

El acrónimo del maestro Ty fue SPARK, o “Chispa”, correspondiente a las palabras o expresiones:

  • Sinceridad;
  • Priorizar;
  • Adversidad igual a oportunidad;
  • Responder y no reaccionar;
  • y “Kudos” (felicitaciones).

Cuánto más profundas tus relaciones, más profundos tus liderazgos

El tercer maestro se encontraba en la azotea de la Biblioteca Pública de Nueva York, un lugar adornado con un jardín aéreo espectacular. Jackson Chan, antiguo director general de una importante empresa asiática y ahora jardinero, le explicaría a Blake el tercer principio de la filosofía LSC.

“Cuanto más profundas sean tus relaciones, más fuerte será tu liderazgo”, le dijo. Porque la clave de los negocios son las personas. Las empresas no son más que iniciativas humanas que giran en torno a un sueño.

Es fácil sacrificar las relaciones en favor de los resultados, pero la realidad es que mientras más fuertes sean los lazos con tus compañeros, mejores serán estos resultados. La empresa es un vínculo para ayudar a otros seres humanos.

En los negocios, debes tratar a la gente excepcionalmente bien, desvivirte por tus clientes y ayudar a tus compañeros. Si estás rodeado de gente comprometida, ilusionada y magnífica que trabaja al máximo de sus capacidades, todo irá de maravilla.

Una de las prioridades en la vida debe ser crear relaciones magníficas con la gente, compañeros de trabajo, amigos, parejas, y familiares.

SERVE, “Servir” en inglés, fue el acrónimo que Jackson le dejó. Representa:

  • Ser servicial;
  • Escuchar;
  • Relacionarse;
  • Valorar la diversión;
  • y Estimar y cuidar.

Para ser un gran líder primero hay que ser una gran persona

El último de los cuatro maestros era Jet, un hombre conocido como el mejor masajista de la ciudad. Jet le daría al joven Blake su última lección filosófica.

“El último principio del Líder Sin Cargo consiste en la importancia de entrenar y fortalecer tu líder interior”. Mejorar el interior permitirá que una persona sea invencible ante los cambios profundos y la tensión constante.

“Para ser un gran líder, primero hay que ser una gran persona”. Eso significa que para lograr un exterior excepcional, primero se debe trabajar el interior. La resistencia mental y el enfoque es primordial.

Es necesario eliminar las creencias negativas y los falsos supuestos. Uno debe tomar conciencia de sí mismo, despertar el potencial dormido, entrenar cada aspecto del ser, y eso incluye el espiritual.

Practicar el desapego es una buena manera de potenciar el interior. Una vez que conozcas tu naturaleza, serás una persona más segura, más creativa y mejor.

Liderarse a sí mismo para luego liderar a otros. Cuando esto se alcance, el triunfo está asegurado. Para ello, puedes usar los siete fundamentos del liderazgo personal:

  1. Aprendizaje
  2. Afirmaciones
  3. Visualización
  4. Tener un diario
  5. Fijación de objetivos
  6. Ejercicio
  7. Nutrición

El acrónimo de Jet fue SHINE o “Brillar”, cuyas siglas significan:

  • Saber percibir;
  • Hacer ejercicio y cuidar la salud;
  • Inspiración;
  • Nutrir los lazos familiares;
  • y Elevar tu estilo de vida.

Tras adoptar la filosofía LSC, Blake se convirtió en el líder de su vida y mantuvo su palabra de difundir aquellos principios mediante un libro: precisamente el que acabas de leer.

Notas finales

No hace falta tener un cargo alto para ser un líder.

Podemos dar lo mejor de nosotros cada día y alcanzar la prosperidad y el éxito poniendo en práctica los principios que enseñan los cuatro maestros del LSC, o “Líder Sin Cargo”.

Busca liberar tu máximo potencial, no te quedes en la mediocridad, ignora el qué dirán, adáptate a los cambios, ve en la adversidad una oportunidad para crecer, y profundiza tus relaciones con los demás.

Recuerda que para ser un gran líder primero debes ser una gran persona; haz florecer tu interior y conecta con tu lado espiritual. La vida es muy corta, ¡actúa ahora!

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¿Quién escribió el libro?

Escritor, abogado y director ejecutivo de la compañía Sharma Leadership International. Trabajó como asesor en liderazgo en empresas como Microsoft, Nike y Unilever, además de haber... (Lea mas)

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