El código del dinero - Reseña crítica - Raimond Samsó
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El código del dinero - reseña crítica

El código del dinero Reseña crítica Comienza tu prueba gratuita
Carrera y negocios, Economía y Inversiones y finanzas

Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: 

Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.

ISBN: 9788497775762

Editorial: Obelisco

Reseña crítica

Para conseguir algo distinto, es preciso ser una persona distinta y hacer cosas diferentes. Cualquier ámbito de nuestra vida mejora cuando nosotros mejoramos, pero no antes. 

El dinero no es ajeno a esa regla. Por eso, para que nuestra economía cambie, antes tendremos que cambiar nosotros. Este libro trata sobre ese cambio personal y sobre hacer cosas diferentes. 

El código del dinero contiene información que dinamitará los esquemas mentales que hacen que algunas personas no sean libres ni prósperas. ¡Animate a reprogramar tu mente y conseguir dinero y felicidad!

Libertad financiera

Los problemas económicos no están causados por el dinero sino por los patrones mentales que hay sobre él. La economía personal, en condiciones normales, es el reflejo de patrones mentales, de decisiones y conductas. El dinero, en realidad, se hace en la mente.

Lo importante no es lo que has creído hasta este día, sino lo que elijas creer de ahora en adelante.

Cualquier cosa que desees conseguir llegará después de un proceso de sustracción, no de adición. No busques la libertad financiera: mejor, deshazte de todas las barreras que has levantado entre ella y tú.

La clave está en amar y disfrutar del proceso. Si las metas son importantes, el proceso lo es aun más. El gran regalo de la vida es en quién te conviertes mientras persigues tus metas. Con el dinero sucede igual: consigues más si no te enfocas en hacer dinero, sino en disfrutar mientras sirves a las personas. 

La prosperidad económica no se consigue en un trabajo, sino fuera de él. Deberían enseñarnos desde pequeños que todo lo que ocurre en el mundo material antes ha sido creado en la mente individual o colectiva.

Sería algo así como pensamientos pobres, comportamientos pobres, resultados pobres; pensamientos ricos, comportamientos ricos, resultados ricos.

Contar con una única fuente de ingresos es una temeridad. Depender de un empleo es un riesgo del que deberíamos protegernos. Un “empleo fijo” no es seguro, es una ilusión de seguridad.

Si en las expectativas de alguna persona está conseguir “la seguridad en el trabajo”, es que ha perdido el contacto con la realidad. Los “trabajos seguros” siguen la senda de los dinosaurios: la extinción total e inminente.

En el futuro, la única seguridad consistirá en:

  1. Mantenerse creativo de por vida. 
  2. Reaprender de por vida. 

Si somos capaces de crear utilidad y significado y de añadir valor constantemente, de una u otra manera, entonces, y sólo entonces, no nos faltarán ingresos. Ningún empleo, por bueno que sea, puede ofrecerte verdadera libertad ni hacerte rico.

El pasaporte a la libertad y la prosperidad es: “Mi propio negocio personal”. 

  • Tu tiempo te pertenece, ¿a quién si no? ¿Y dónde está escrito que hay que ocuparlo en algo que no te convence? 
  • Tu economía te pertenece, ¿a quién si no? ¿Y qué sentido tiene seguir recetas financieras que no funcionan?
  • Tu libertad te pertenece, ¿a quién si no? ¿Y no es la libertad el derecho más elemental del ser humano? Sí, tu vida te pertenece. Y lo siguiente que te diré es que tendrás que conquistarla.

Haz algo que requiera talento, elige una ocupación que proporcione sentido y significado a las personas, y elige trabajos creativos, innovadores, que requieran mucho talento. En pocas palabras, huye como de la peste de los trabajos productivos.

Especialízate en lo tuyo, entrega talento no digitalizable, sé no intercambiable y cultiva la proximidad. Comprende que el dinero es el efecto de una causa, y la causa siempre es cierta mentalidad. Si te centras en los efectos (el dinero) pero no en la causa (la mentalidad), las cosas no van a cambiar. Y si lo hacen, serán cambios poco duraderos.

Para conseguir algo, primero tienes que pensar y sentir como si eso ya fuera real, y comportarte como si ya estuviese en el proceso de llegar a ti.

Un trabajo convencional tiene ventajas —qué duda cabe, ¿verdad?— pero tiene también dos grandes inconvenientes:

  1. Limita severamente la libertad.
  2. Es un límite a la prosperidad económica. Un empleo sale muy caro.

Otra razón por la que hay problemas económicos es que, como todo en la vida, el dinero tiene un precio. Lo que ocurre es que demasiada gente cree que puede conseguirse algo a cambio de nada.

El precio del dinero se paga básicamente con coraje, creatividad, paciencia, imaginación, pasión, disciplina, esfuerzo, persistencia, confianza, voluntad de servicio y muchas otras cualidades que no todo el mundo está dispuesto a desarrollar. Siempre que quieras algo en la vida, averigua primero cuál es su precio y luego págalo con gusto.

Los problemas económicos no se resuelven con dinero sino con creatividad.

La modernidad

En el nuevo entorno económico, las reglas son diferentes, y quienes juegan según las viejas reglas se quedan fuera del juego.

El concepto de “empleo” está anticuado como medio para ganarse la vida. Sí, un empleo es una receta desfasada, y aplicarla a un mundo global en la era de la información tiene más desventajas que ventajas. El problema de ser empleado es el elevado precio que se paga por ello.

Estamos en una nueva era con nuevas reglas, aunque la mayoría sigue comportándose igual que antes; es decir: juega con las reglas de un mundo que ya no existe. Mientras tanto, los empleos emigran, la clase media disminuye, los sueldos bajan, la capacidad de ahorro se evapora, el índice de pobreza aumenta, el endeudamiento familiar crece, aumentan las personas que trabajan después del retiro, y la pensión de jubilación está en el aire.

Inteligencia y libertad financiera

La inteligencia financiera consiste básicamente en dejar de trabajar por dinero, dejar de vender tiempo y crear un sistema de ingresos múltiples que trabaje para ti. La inteligencia financiera se basa en dejar de levantarse cada día para ir a trabajar en un empleo.

La falta de inteligencia financiera es la responsable de que a pesar de trabajar mucho y duramente las personas no ganen suficiente y afronten estrecheces económicas. Un empleo no tiene nada de malo salvo que la mayoría de las personas no desean ser empleados.

Lo que está ocurriendo, debido a la falta de inteligencia financiera, es que muchas personas esperan que el gobierno resuelva por ellas sus propios problemas financieros, con lo que están sometiendo su poder personal y su libertad al control del Estado.

La “cultura del merecimiento” es autocomplaciente, es floja. El estado de bienestar ha fomentado una sociedad acomodaticia y la ha debilitado. Y al hacerlo, hemos entregado al gobierno más poder sobre nuestras vidas.

Es tiempo de dejar de exigir derechos y asumir, de verdad, nuestros deberes. Ahora toca apuntarse a la “cultura del esfuerzo” si queremos que nuestro estándar de vida sobreviva. Y es imposible mantener un nivel de vida sin esfuerzo.

La solución a nuestros problemas económicos no provendrá del Estado, que está demasiado ocupado en salvar sus cuentas, sino de nuestro coeficiente de inteligencia financiera.

La libertad financiera, por su parte, no tiene nada que ver con una cifra de dinero, sino con el tiempo. Se mide en los meses que puedes seguir manteniendo tu mismo nivel de vida si dejas de trabajar. Cuantos más meses, más libre financieramente serás. Todo el mundo debería tener 6 o 12 meses cubiertos. Pero la realidad confirma que no es así. Sorprendería saber cuánta gente está a un mes nada más de la quiebra. La libertad financiera consiste en dejar de preocuparse de dónde saldrá el dinero; en definitiva, cuando se tiene libertad financiera, no se necesita ingresar ni un centavo.

Las mentes millonarias tienen dos únicas reglas: 

  1. No pongas límites a tus ingresos.
  2. Nunca olvides la regla número uno.

Los cuatro obstáculos a la libertad financiera

Las personas que buscan seguridad pierden libertad, y viceversa. Quienes aman la seguridad pierden oportunidades porque optan por lo fácil.

Si eliges la libertad, probablemente cometerás algunos errores necesarios para el éxito. Renunciar a los errores es, por tanto, renunciar al éxito. Arriesgar significa la oportunidad de ganar, no de perder.

Si eliges la seguridad te privarás de la libertad financiera, porque son incompatibles. No arriesgar conduce a vivir una vida de pequeño tamaño.

El primer obstáculo de la Libertad financiera son las creencias limitadoras. Muchas creencias son una carga más pesada que una hipoteca, de hecho actúan como “hipotecas mentales”. Es mejor estar atado a un préstamo hipotecario en el banco que a una creencia limitadora en la mente, porque lo primero tiene fecha de caducidad pero las creencias, en principio, no.

El segundo obstáculo es la actitud complaciente de vivir por inercia en la comodidad. Justo lo opuesto a la “cultura del esfuerzo”, que fue artífice del éxito económico en la Europa del Norte. Tenemos fobia al esfuerzo.

El esfuerzo es incómodo, es cierto, pero: ¡más incómodo es seguir experimentando problemas económicos! En un mundo en transformación, no adaptarse es un riesgo demasiado grande para quienes buscan la comodidad.

El tercer obstáculo son los malos hábitos financieros. La persona promedio busca la gratificación económica inmediata y por ello no planifica ni sigue una estrategia financiera a mediano y largo plazo. Vive financieramente al día. Gana, gasta, no ahorra, y lo peor: no invierte.

Si deseas crear un saldo diferente, será preciso deshacerse de los viejos hábitos y sustituirlos por otros diferentes.

El cuarto obstáculo es la falta de educación financiera. Todo el mundo maneja dinero todos los días, pero muy pocos se preparan para hacerlo con acierto. Una buena formación financiera no es un lujo, es una primera necesidad.

Doce hábitos que tienes que comprobar tú mismo

  1. Revisa tus creencias sobre el dinero. Escríbelas y luego cuestiónate, una por una, si son verdad o no.
  2. Complementa tu nómina con otras fuentes de ingresos. Desarrolla, en paralelo, otras vías para ganarte la vida y ganar así la forma de vida que deseas.
  3. Págate primero a ti mismo. Lo que casi todos hacen, a primero de mes, cuando cobran su salario, es pagar a todo el mundo menos a ellos.
  4. No te endeudes con alegría. Y si ya tienes deudas, proponte reducir tu deuda actual como objetivo prioritario. La deuda te convierte en un “trabajador” del prestamista, es decir, de los bancos o las compañías financieras.
  5. Fíjate objetivos de ingresos crecientes cada año. Por ejemplo, un 10 % más. Si eres empleado, esto no es posible, pero si dispones de fuentes de ingresos variables, podrás presupuestar la cifra que deseas ingresar cada año. Una vez fijada, deberás fijar las acciones que te conduzcan a conseguirla.
  6. Crea diferentes fuentes de ingresos pasivos. No vendas todo tu tiempo, invierte parte de él en crear fuentes de ingresos que trabajen para ti: tus activos, tus fuentes de ingresos en propiedad.
  7. No entierres tus talentos en un trabajo sin importancia. Desarróllate en algo que te apasione, pon tu talento al servicio de los demás, y el dinero llegará. Convierte lo que sabes en un servicio, en un negocio, en dinero. 
  8. Fórmate financieramente con buenas lecturas: biografías, cursos impartidos por personas que son un ejemplo de inteligencia financiera. Gente que te enseñe “cómo lo hizo”, no gente que te explique “cómo le han dicho”. Busca un testimonio real, no teórico.
  9. No trates de resolver tus problemas de dinero sólo con dinero. Hazlo con creatividad para que no sean un problema nunca más. Los problemas de dinero no se deben a la falta de dinero sino a la ausencia de cierta mentalidad. Tu trabajo está en desarrollar una mentalidad próspera.
  10. Contrata un asesor financiero, un experto que te pedirá más de lo que tú mismo haces.
  11. Piensa en grande, pasa a tu siguiente nivel. Cuesta lo mismo que pensar en pequeño pero proporciona resultados muy diferentes. Imagina tu ideal de vida para los próximos tres años, traza un plan con fechas, y pasa a la acción sin excusas.
  12. Empieza en pequeño: Hoy en día se pueden crear fuentes de ingresos con muy pocos medios (con un ordenador, una conexión a Internet, un móvil), apenas una inversión, desde tu casa, con algunos contactos… e iniciar tu negocio personal en tu tiempo libre.

Notas finales

Una persona inteligente financieramente: 

  • Diversifica sus fuentes de ingresos en tres categorías. Ganados activamente: Requieren tu presencia y trabajo cada vez que se ganan, una y otra vez. Ganados pasivamente: Requieren tu presencia y trabajo al principio, pero después se producen casi automáticamente.Ganados por inversión: No requieren nunca tu presencia, tu dinero trabaja para ti automáticamente.
  • Sabe que tener un solo ingreso es un riesgo que debe corregir.
  • Lleva negocios, carteras de clientes, comisiones por ventas..., desde su casa y en su tiempo libre.

Como el tiempo es limitado, es necesario que parte de los ingresos sean pasivos; es decir: que una vez creados, se repliquen de forma automática.

Una persona inteligente financieramente no vende sólo su tiempo. Además, vende productos propios o ajenos, servicios propios o ajenos. Los ingresos activos, un salario, son los más frecuentes pero no pueden proporcionar prosperidad ni libertad.

No pueden dar lo que no está en su naturaleza. Los ingresos de las mentes ricas son los ingresos pasivos, los procedentes de los negocios y las inversiones (no los que proceden de la venta de tiempo).

Tus ingresos pueden crecer hasta donde tú crezcas, pero no más.

Una distinción inteligente es la de “gasto bueno” y “gasto malo”. El gasto bueno se paga a sí mismo, es una inversión disfrazada de gasto. El gasto malo lo paga quien lo hace y no lo recupera nunca, es un despilfarro disfrazado de necesidad.

El “gasto malo” es primo hermano del “gasto emocional”. Es aquel que se hace para compensar una insatisfacción, el autoregalo terapéutico.

Hazte estas dos preguntas para eliminar el gasto emocional de tu vida: 

  1. Gastar dinero en esto ¿me hará más rico o más pobre? 
  2. Realmente quiero comprarlo o sólo pretendo sentirme mejor? 

Sigue esta dos reglas antes de hacer un gasto de cualquier clase: 

  • Nunca gastes en algo medianamente costoso sin dejar pasar 48 horas para reflexionar sobre la compra.
  • Nunca pagues con tarjeta o a crédito, hazlo siempre en efectivo. Entregar billetes se hace más “incómodo”.

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¿Quién escribió el libro?

Nacido en Barcelona, España, es escritor, novelista, coach, emprendedor y conferenciante español que se ha especializado en la unión de los conceptos conciencia y dinero. Es licenciado en Ciencias Económicas por la Universi... (Lea mas)

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