Cerebro activo, vida feliz - reseña crítica

Un cerebro activo te asegura una vida feliz. Por lo tanto, como dice la Dra. Wendy Suzuki, autora de este libro, activarlo es la clave. Aquí aprenderás cómo funcionan los pensamientos de la mente y cómo la puedes desarrollar y ejercitar. ¡Aprendamos juntos cómo tener un cerebro sano y exitoso!

Conociendo el cerebro

La primera vez que alguien ve un cerebro humano conservado es una experiencia hipnotizante. No importa si a uno le causa atracción o repulsión, es algo que jamás se olvida. El cerebro es la estructura más compleja del cuerpo humano, este órgano determina todas nuestras capacidades sensoriales y cómo reaccionamos al mundo que nos rodea.

La gran complejidad se da por la composición del tejido, neuronas y glía. Las neuronas se dividen en su cuerpo principal o soma; receptor de entrada o dendrita; y estructura de salida, llamada axón. La glía proporciona el entorno ideal para que se logre la comunicación cerebral y así eliminar los restos de células muertas.

El hecho de que el cerebro tenga respuestas a interacciones exteriores y aprenda de ellas se denomina plasticidad cerebral. Este término hace referencia a que las neuronas pueden ser modificadas y reconectadas según los nuevos aprendizajes. Los estímulos provocan el crecimiento cerebral, mientras que la falta de ellos reduce su tamaño.

Por ello, la mejor manera de aprender algo es estudiarlo y explicarlo a alguien más. La tarea de entender y explicar hace que el cerebro se reforme a sí mismo y mejore su capacidad de resolución de problemas. Parte de esta capacidad se basa en la formación y retención de recuerdos.

Es importante que conozcamos que, en el cerebro, los recuerdos nuevos son generados en un espacio separado del lugar donde se guardan los antiguos. Esto sin mencionar que la memoria se clasifica en diferentes categorías:

• Memoria episódica
• Memoria semántica
• Destrezas y hábitos
• Imprimación
• Memoria de trabajo

La forma en la que se determinan las regiones y calcificaciones de las partes del cerebro es mediante la introducción de electrodos muy pequeños. Dicha actividad no causa dolor, ya que en el cerebro no hay sensores para ello. Los aparatos detectan los impulsos eléctricos según los estímulos exteriores que llegan al cerebro.

Los estímulos forjan algo llamado memoria declarativa, basada en las experiencias y los hechos. Asimismo, es una memoria que se puede expresar de forma consciente o de forma asociativa.

Al haber podido describir la capacidad de expresar una memoria asociativa, como puede ser relacionar un rostro con un nombre, esto se convirtió en un pilar de las nuevas terapias. Tales tratamientos se han aplicado contra padecimientos complejos como el Alzheimer, lesiones traumáticas y el envejecimiento natural.

Los recuerdos y los daños

Las lesiones cerebrales causante de amnesia son relativamente raras y se dan en la misma región cerebral que la enfermedad de Alzheimer. Esta región es, principalmente, el hipocampo.

Cuando los acontecimientos estimulan las emociones, se activa la región central y crítica emocional. Este proceso ayuda a reforzar la generación de nuevos recuerdos dentro del hipocampo. Un recuerdo muy emotivo será mucho más recordable que uno poco emotivo. La información sin emociones es difícil de recordar, por la naturaleza del cerebro.

Un truco para mantener los recuerdos antiguos es platicar acerca de ellos constantemente, contando la mayor cantidad de detalles posible. Esta conducta también puede favorecer tus relaciones familiares.

Por otra parte, las situaciones de estrés social son capaces de reprimir la generación de recuerdos. Por lo general, las personas con problemas de memoria tienen dificultades ligadas a sus relaciones sociales o tienden a aislarse. La más notable es la falta de seguridad al momento de entablar una relación de pareja.

A pesar de que la interacción social pueda ser contraproducente, las relaciones exitosas resultan ser un recurso valioso para lograr recuerdos emocionales fuertes. La repetición de las interacciones, su asociación con objetos o situaciones que ya se conocen, la resonancia emocional y la novedad son focos críticos para forjar un recuerdo duradero.

El alimento como forma de estrés

Cuando una persona comienza a estresarse porque no recuerda algo o ha olvidado una cosa importante, es natural que su cerebro exija una compensación para relajarse. Una de las formas más comunes de lograrlo es aumentando la cantidad de alimentos ingeridos.

Generalmente, los alimentos son elegidos por su sabor, pero en realidad, son comidas que tienen grandes cantidades de carbohidratos. Por esta razón, la gente estresada aumenta de peso y sus cerebros aprenden a relajarse con comida poco saludable. El detalle es que ese tipo de alimentación sí afecta la conducta cerebral.

Es un engaño creer que uno es capaz de controlarse a sí mismo, la fuerza de voluntad requerida para eso es enorme. Lo mejor es apoyarse en alguien que te ayude a cambiar tus hábitos de vida. Hacer ejercicio y cambiar la dieta es fundamental.

Algo que puedes hacer para reducir la ansiedad y el estrés y que no derive en comer es hacer ejercicio. Al realizar una actividad física de forma intensa, el cerebro recibe hormonas que lo relajan y lo activan. El ejercicio hará que tu cerebro trabaje con plenitud.

Existe una estrecha relación entre el ejercicio físico y el estado de ánimo cerebral. Actualmente, se sabe que los estados anímicos anómalos se deben a una intrincada relación entre las diferentes estructuras cerebrales y una compleja mezcla de químicos. Parte fundamental de esta mezcla de químicos es la presencia de endorfinas.

Ahora bien, ya que entendimos las bases de la complejidad emocional del cerebro, hablemos del siguiente tema: la interacción social positiva. La idea fundamental es no rechazar las propuestas de amigos y gente cercana de confianza para salir de casa. Explorar un entorno desconocido con una mente activa y optimista puede hacer una gran diferencia.

Conocer gente nueva en un ambiente poco controlado es suficiente para desquiciar a cualquier persona que dude de sus habilidades sociales. Sin embargo, debe darse ese salto de fe. Si el estrés crece demasiado, es prudente retroceder unos pasos y descansar de las actividades sociales. Poco a poco sentirás cómo se estabiliza tu vida social.

Hoy sabemos que el estrés no es tan malo, diversos investigadores han descrito que ligeros niveles de estrés son beneficiosos para la salud. Fortalecen los sistemas inmunitario y cardiovascular. Además, hacen que uno se recupere rápidamente de una lesión.

El estrés, un amigo

El estrés es, al final, un mecanismo de alarma vital para evitar los peligros. Está regulado por un sistema compuesto por tres elementos: el sistema nervioso voluntario, el sistema nervioso automático y el sistema neuroendócrino. Este último es el encargado de liberar las hormonas, como el cortisol y la adrenalina.

Estas dos hormonas se liberan en respuesta a un estímulo dañino para el bienestar de la persona. El cortisol acelera al cerebro y pone en alerta a los sentidos para afrontar el potencial peligro. Por su parte, la adrenalina acelera el ritmo cardiaco, ensancha las vías respiratorias y dilata las pupilas, nos prepara para huir o luchar.

En la modernidad vivimos dentro de una sociedad que nos provoca un estrés crónico de forma omnipresente. Nuestro sistema antiestrés no distingue entre un verdadero peligro de vida o muerte y el estrés psicológico social. Hoy en día se percibe un estrés que, aunque se da en niveles menores que cuando hay peligro, es constante y nos mantiene en perpetua alerta.

Un efecto del estrés constante a largo plazo es que reduce la regeneración de células del hipocampo, ya de por sí lenta. También disminuye la segregación de la hormona del crecimiento y del tiempo de vida de las células del cuerpo. Como ya hemos mencionado, el ejercicio alivia la presencia de estrés, e inclusive combate el uso de drogas.

Otra forma en la que el cerebro se relaja es cuando hacemos un acto altruista, ya que este tipo de acciones nos hace sentir mejores personas. El altruismo provoca una mente relajada y desestresada. Esto se debe a que se activa el sistema cerebral de recompensas.

La activación de este sistema provoca una sensación agradable como la que puede dar la fase inicial del amor romántico. Se estimula la liberación de oxitocina y vasopresina, hormonas relacionadas con la actividad social. 

La estimulación cerebral, enfocada en los centros de placer, está relacionada con ejecutar cosas que soñamos o disfrutar de experiencias nuevas y de gozo. Algunos ejemplos son:

• Comida que disfrutes mucho
• Hacer el amor
• Masajes
• Mirar una competencia deportiva emocionante
• Hacer tus actividades favoritas
• Leer un libro interesante

Muchas de estas sensaciones están ligadas con hormonas que también se ven presentes durante el consumo y abstinencia de las drogas. De allí que sea fundamental hacer las cosas de la lista anterior para sobreponerse a los diferentes problemas neuronales.

La creatividad y la paz del cerebro

A través de la historia nos han contado acerca de la creatividad del cerebro y lo que ésta promueve. Sin embargo, existen tres grandes mitos que la sociedad ha aceptado. El primero es el hecho de que la creatividad solo se da en el lado derecho del cerebro. Las recientes investigaciones han demostrado que la creatividad se expresa por ambos hemisferios.

El segundo mito es que no todos somos creativos. El pensamiento creativo es una variante universal del pensamiento corriente. Lo que ha llevado al desarrollo de este mito es la dificultad para determinar qué soluciones son las mejores, y la creencia de que solo las mejores soluciones pueden llamarse creativas.

El tercer mito tiene que ver con la concepción de que todas las ideas creativas son originales. La mayoría de los inventores y empresarios dueños de algún imperio económico no crearon su producto. Lo que hicieron fue juntar y experimentar con diferentes versiones de algo existente hasta que fuera funcional y popular.

Lo que intentan decirnos las autoras con la revelación de estos mitos es que seamos un poco más optimistas y entusiastas con respecto a la creatividad. El cerebro completo es partícipe de la creatividad, capacidad que todos los humanos pueden practicar y perfeccionar.

Un cuarto mito que se ha popularizado es que solo usamos el 10% del cerebro, pero hay evidencias de que lo usamos en su totalidad. Esto se debe a que distintas partes del cerebro se usan en diferentes circunstancias. Sin embargo, en realidad, la mayoría del cerebro se mantiene activa en todas las acciones humanas. 

Para ejercitar la creatividad y potenciar el uso del cerebro mediante la plasticidad neuronal, las autoras nos recomiendan las siguientes acciones:

• Pensar en dos ideas nuevas que faciliten la jornada laboral: reorganizar la mesa, cambiar objetos de lugar o replantear el orden de nuestras actividades, por ejemplo.
• Imaginar dos maneras de racionalizar el orden de nuestro escritorio.
• Innovar en las actividades de pareja, cambiar los lugares que frecuentamos o ejercitarnos juntos de forma diferente.
• Cocinar algo nuevo, que aporte nuevos ingredientes a nuestros paladares.

Todas estas actividades nos aseguran nuevas experiencias, lo que genera plasticidad neuronal. La consecuencia de esta plasticidad es el pensamiento divergente; es decir, pensar en una forma novedosa de utilizar un artículo cotidiano. Un ejemplo claro es el reutilizar un objeto de desecho, darle un uso nuevo.

La plasticidad neuronal es un proceso que también requiere de una adaptación cerebral. La meditación es totalmente capaz de conceder el tiempo y el estado necesarios para lograrlo. En conjunto con esta actividad, es interesante tener un mantra adecuado, así el cerebro logra respirar y enfocarse en el proceso biológico que lo mejora.

Notas finales

La plasticidad neuronal es la base con la que el cerebro se desarrolla, y requiere de estímulos constantes para lograrlo. Se puede tener éxito al ejercitarse física y mentalmente, relajar el cerebro y exponerlo a nuevas experiencias.

Es posible pasar de una vida infeliz a una feliz teniendo un deseo de mejorar, con trabajo duro y perseverancia. Además, debes tener una fuerza de voluntad que te permita ejercer la tan mencionada plasticidad.

Consejo de 12min

Hemos visto cómo funciona el cerebro a nivel químico y biológico, ¿qué tal comprender más sobre cómo actúa a nivel emocional? Te recomendamos “El fin de la ansiedad”, de Gio Zararri.