Une los puntos - reseña crítica

Chambers ofrece a los lectores un libro de jugadas sobre cómo actuar antes de que el mercado cambie, seleccionar clientes para la estrategia, asociarse para el crecimiento, construir equipos y desafiarse a uno mismo.

No importa si lideras una empresa de dos personas o de doscientas mil: tienes que aprender a ser rápido y flexible, y a estar a la vanguardia. ¡Anímate a cambiar!

Introducción

Existen cuatro fortalezas clave para lograr ser un gran líder: la capacidad de anticipar y adelantarse a las transiciones del mercado, los procesos de innovación que podrían replicarse a escala, una cultura sólida centrada en los clientes y una arquitectura de red que nos dé flexibilidad para innovar y movernos a nuevos mercados.

La razón por la que muchas empresas se mantienen en la cima es porque se enfocan en unir todos esos puntos.

Una lección que se aplica a cada individuo, a cada empresa, a cada estado y a cada país hoy es que si la disrupción no está en el centro de tu estrategia, es un problema. Una transición de mercado no es una amenaza. Es un periodo de movimiento de un estado a otro, cuando las habilidades necesarias para hacer tu trabajo cambian, cuando tus clientes adoptan una nueva tecnología o cuando una economía cambia a un nuevo modelo.

Este movimiento puede ocurrir por sí solo o como parte de una tendencia más amplia. Lo que importa es que reconozcas que es tanto una realidad como una oportunidad.

Cuando compites contra otra empresa, estás mirando hacia atrás. Cuando compites contra una transición de mercado, aprendes a ver lo que está a la vuelta de la esquina.

Aquellos que abrazan el cambio están a punto de experimentar uno de los períodos más innovadores y potencialmente lucrativos de la historia de la humanidad. La digitalización transformará cada industria e interacción. Para los valientes, habrá oportunidad.

Cada persona en el planeta tiene el potencial de competir contra una multinacional y ganar. Con la digitalización, cualquiera puede innovar y superar a la competencia a una escala y velocidad sin precedentes.

Las empresas fracasan por las mismas razones que las personas: no entienden bien las transiciones del mercado, siguen haciendo lo mismo durante demasiado tiempo y no responden con la suficiente rapidez cuando cambian las condiciones. Al mismo tiempo, tienes que ser muy claro en lo que defiendes y la misión que tu empresa tiene por cumplir.

Esto es cierto a nivel personal, ya seas un emprendedor, un ejecutivo o alguien que persigue otro sueño. Lo mismo ocurre cuando se construye una empresa.

Cuando te enfocas en una misión que es auténtica, impactante, diferenciada y aspiracional, la gente entiende por qué está contigo. Los clientes saben lo que están comprando. Los empleados saben por qué trabajan ahí. Los inversores entienden a dónde vas.

Piensa en ello como una promesa de marca que puedes usar para filtrar prioridades y decidir a dónde quieres ir a continuación. Define tu misión en torno a tus fortalezas, las necesidades de tus clientes y el impacto que puedes tener.

Lecciones para la innovación

• Irrumpe o sé irrumpido. Adopta la digitalización y las nuevas tecnologías que están transformando la forma en que vives, trabajas y haces negocios. El ritmo y la escala de la disrupción están aumentando. Busca innovadores en la industria, nuevas empresas, nuevas tecnologías y, lo más importante, cambios en la conducta de los clientes. No puedes planear para un mundo por delante si no estás invirtiendo en imaginarlo.
• Continúa aprendiendo. Aprovecha el tiempo para actualizar tus habilidades y tu destreza tecnológica aprendiendo sobre las innovaciones en tu industria. Si eres empleado, crea oportunidades para que personas de todos los niveles aprendan e innoven en el mundo digital.
• Cambia antes de tener que hacerlo. El peor error es hacer lo correcto durante demasiado tiempo; el momento de cambiar es cuando tu negocio sigue siendo saludable y se ha ganado la confianza de los clientes.
• Toma riesgos y muévete rápido. Mejor tropezar primero que llegar último. Los primeros que se mueven enfrentan los mayores riesgos, pero tienen más atención, oportunidad y libertad para cometer errores.
• Sé un imán para el talento. Como individuo, sé la persona que es conocida por abrazar la innovación y promover el cambio.
• Busca diversidad en colegas, vecinos, clientes e industrias locales. Las ciudades de la empresa pueden morir cuando la compañía se va y las personas afines tienden a reforzar los puntos de vista existentes.
• Ancla tus valores y fortalezas centrales, incluso cuando cuestionas la sabiduría convencional. Puedes irrumpir lo que haces y lo que sabes, pero siempre apégate a quien eres y lo que valoras.
• Anticipa el fracaso. A veces fallarás. Levántate, sacúdete el polvo, aprende de tus errores y sigue adelante. La forma en que manejes los contratiempos es tan importante como la forma en que manejas el éxito.
• Sal de tu zona de confort. Piensa como adolescente. Tu objetivo es sacudir las cosas y ver en lo que los otros han fallado. Trata de eliminar nociones preconcebidas que te llevan a conclusiones conocidas.
• Ten el valor de compartir tus inquietudes y sostener sanos debates. Ábrete a tu equipo tanto a nivel empresarial como a nivel emocional.
• No te expandas donde no veas demanda. Si a tus clientes no les interesa a dónde vas, pregúntate por qué.
• Subcontrata tus actividades no esenciales para centrarte en lo que haces mejor, pero vigila. Cada socio y proveedor son un reflejo de tu marca y tu reputación. Y no pierdas la conexión con tus clientes.

Después de que el desastre ataca

Las crisis le suceden a todos, pero tienes que saber que cuanto más grande es, más tranquilo debes estar. Volverte emocional te llevará a tomar decisiones precipitadas e impulsivas. Tus equipos y tus clientes se alimentarán de tu energía.

En cualquier contratiempo, primero determina cuánto del daño fue autoinfligido y cuánto fue debido al mercado. Mira a tu alrededor para ver quién más tropezó y por qué lo hizo. Mira los números pero habla con las personas que están detrás de ellos: tus empleados, tus proveedores, tus compañeros y, lo más importante, tus clientes.

¿Cómo están siendo impactados? ¿Qué cambiarían? ¿Dónde son vulnerables y pueden ayudarse mutuamente a superarlo? Ellos deben saber sobre tus problemas a través de ti, no de la prensa o el chusmerío, y viceversa.

Si el problema es infligido por el mercado, no cambies dramáticamente tu estrategia. Tu meta a corto plazo se convierte en supervivencia; luego regresa al crecimiento. Si tu estrategia estaba funcionando bien y los problemas eran externos, permanecer con lo que estaba funcionando, con algunos cambios, es probablemente la dirección correcta.

Haz lo que sea necesario, idealmente en un movimiento decisivo, para sobrellevar los tiempos difíciles, y concéntrate en el largo plazo. Para regresar con más fuerza, debes ser brutal al abordar las fallas que te volvieron vulnerable.

Sé abierto acerca de tus errores. Mantén a todos enfocados en cómo se recuperarán y superarán esta crisis. Luego, dibuja el cuadro de cómo tu empresa se verá en el futuro si navegas con éxito a través de estos retos.

Guía del comprador para adquisiciones exitosas

En las adquisiciones, busca compañías que tengan una visión muy similar de cómo va a evolucionar la industria y qué papel pueden desempeñar para hacer que tu visión y tu estrategia sean exitosas. Céntrate en las adquisiciones que crearán o acelerarán tu liderazgo en mercados clave.

En tecnología, el mayor activo es la gente, seguida de la tecnología. Protege ese activo en todo lo que hagas. Las personas son las que tienen relaciones y construyen productos de próxima generación. Si los pierdes, fallas.

Crea un verdadero escenario de ganar-ganar para la empresa o socio adquirido. Si no están entusiasmados por el potencial de lo que pueden hacer juntos, aléjate.

Sé fiel a tu cultura. Si su objetivo no comparte tus valores, no pertenece a tu familia, sin importar qué tan buenas sean sus finanzas.

Cada objetivo debe encajar con tu estrategia, tu portafolio y tu mezcla de productos/arquitectura para tener éxito. Si no puedes ver algún beneficio inmediato para ti y tus clientes, no hagas el trato.

Notas finales

Haz de tus clientes tu principal prioridad y crea relaciones de por vida. Siempre haz lo que sea correcto para ellos. Pon al cliente primero, segundo y tercero en cada decisión que tomes. No les vendas lo que no necesitan.

Las monedas del futuro para las empresas son 1) información y datos, y 2) confianza. Mientras que las monedas más valiosas en una relación con el cliente son la confianza y una trayectoria.

Comparte la inteligencia con tus clientes y asóciate con ellos para innovar en torno a los cambios del mercado. Ayúdalos a superar una crisis, aunque no hayas hecho nada para crearla.

Algo clave que debes hacer es tratar a tus empleados como familia. Conéctate con ellos como personas y acompáñalos en tiempos difíciles.

A la hora de incorporar gente, analiza a los candidatos en siete características clave: resultados pasados, qué tan bien construyen equipos, su conocimiento de la industria, sus habilidades de comunicación, su capacidad de jugar en equipo, su ajuste en tu cultura y si anteponen al cliente.

Crea una fuerte cultura de tu empresa, que sea igual para cada función y cada ubicación geográfica. Delinea los valores y haz que las personas asuman la responsabilidad por ellos.

Enfócate en tu equipo de liderazgo. Comprende las cualidades y habilidades necesarias para el éxito en cada función clave y cambia a la gente cuando cambie el entorno. Comparte la riqueza. Todos deben beneficiarse cuando crezcas. Dale a la gente una participación en el éxito y comparte el dolor cuando en tiempos difíciles.

La comunicación es una de las habilidades más importantes que un líder y, francamente, la mayoría de los empleados en la actualidad, necesitan para sobresalir en el trabajo. Ayuda a las personas a desarrollar oportunidades para convertirse en mejores comunicadores y, como líder, mide y recompensa esos esfuerzos.

Nunca creas que eres tan bueno como la gente piensa cuando las cosas van bien, ni tampoco que eres tan malo como la gente cree cuando hay una recesión o un retroceso. El liderazgo será muy solitario, especialmente cuando se produzcan los inevitables contratiempos.

Debemos concentrarnos constantemente en desarrollar nuestras habilidades de comunicación, especialmente nuestra capacidad de escuchar, no sólo de manera tradicional, sino especialmente a través de las redes sociales y otras fuentes de datos en evolución.

Para ganar en esta era digital, busca los países, las empresas y las personas que adoptan una mentalidad startup. Comienza con una industria que está en transición, permitiendo crecer a pequeños y grandes irruptores a un ritmo rápido.

Busca jugadores que tengan las tecnologías, el modelo de negocio, la red y otras ventajas para ser número uno o dos en ese espacio. Busca uno o dos inversores capitalistas, u otros inversores que tengan un historial y una visión de mundo similar a cómo ves la evolución de la tecnología.

Lo más importante: mira el liderazgo. Busca un CEO que pueda asesorar, con una misión y una visión emocionantes. Que quiera crear oportunidades para su equipo y se centre en el éxito de sus clientes. En síntesis, que busque cambiar el mundo.

Las startups, como las adquisiciones, son un juego de portafolio. Son los resultados totales los que determinan tu éxito.